Anthony Hernandez
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Somos una iglesia con la pasión de mostrarte a cristo a través de la palabra, nuestra misión es Restaurar, Discipular y Enviar. ¡En UNA hay un lugar para ti! 400 SW 31st, Oklahoma City, OK 73109
UNA RADIO
domingo, 28 de febrero de 2021
Toma tu cruz y sígueme - Anthony Hernandez
miércoles, 24 de febrero de 2021
David, un pastor con corazón de rey - Anthony Hernández
¿Quién era David?
Su nombre significa “Amado” o “el elegido por Dios”, vivió del 1040 al 966 A.C.
Era hijo de Isaí de la tribu de Judá, David era el menor de 8 hermanos, los tres hermanos mayores eran militares y servían en el ejército de Saúl.
David fue sucesor de Saúl como rey en el reino unido de Israel y Judá, fue músico, pastor de ovejas, poeta y escritor, el libro de Los Salmos se le atribuye su autoría, fue escogido por Dios para ser Rey de Judá por su devoción y entrega al Señor, fue alguien que supo conquistar el corazón de Dios, aunque jamás se imaginó que eso lo llevaría a ser Rey de la nación.
David agradaba al corazón de Dios
“Pero ahora tu reino tiene que terminar, porque el Señor ha buscado a un hombre conforme a su propio corazón. El Señor ya lo ha nombrado para ser líder de su pueblo, porque tú no obedeciste el mandato del Señor” (1 Samuel 13:14 NTV)
Cuando Dios dice que David era un hombre conforme a su corazón, se refiere a que éste agradaba a Dios, buscaba enamorar el corazón de Dios cada día, tenía una actitud de obediencia, sujeción, confianza en Dios, era fiel, prudente y dispuesto a hacer la voluntad de Dios, era responsable en sus obligaciones, esas actitudes son las que enamoran al corazón de Dios, David no era perfecto, pero era alguien agradable ente los ojos de Dios.
Características Físicas de David
“Envió, pues, por él, y le hizo entrar; y era rubio, hermoso de ojos, y de buen parecer.
Entonces Jehová dijo: Levántate y úngelo, porque este es.
Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David” (1 Samuel 16: 12-13)
Siempre hemos dicho que Dios ve el corazón, pero cuando se trata de elegir a alguien que represente su reino y su nombre, parece que a Dios le agrada que se vean bien, eso no significa que Dios solo elige a los rubios y de ojos bonitos, ¡no! Pero si podemos enfocarnos en la última característica “de buen parecer”, eso sí está en nuestras manos, el vernos bien, debemos entender que nosotros representamos a Cristo, por lo tanto, sin importar nuestro color de piel, raza o descendencia étnica que tengamos, debemos procurar vernos bien.
Lastimosamente hay un dicho que dice: “como te ven te tratan”, el mundo se deja guiar por vista, por lo tanto, debemos reflejar a Cristo aun con nuestra manera de vestir, en nuestra presentación, para que el mundo crea que representamos al reino de los cielos, Dios no te va a enviar a hablar con el presidente de una nación si tú vas en chanclas, debemos tener seguridad en quienes somos y representar dignamente nuestro llamado, la belleza es natural pero la elegancia depende de nosotros.
Virtudes y Gracia en David
“Entonces uno de los criados respondió diciendo: He aquí yo he visto a un hijo de Isaí de Belén, que sabe tocar, y es valiente y vigoroso y hombre de guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y Jehová está con él.
Y Saúl envió mensajeros a Isaí, diciendo: Envíame a David tu hijo, el que está con las ovejas.
Y tomó Isaí un asno cargado de pan, una vasija de vino y un cabrito, y lo envió a Saúl por medio de David su hijo. Y viniendo David a Saúl, estuvo delante de él; y él le amó mucho, y le hizo su paje de armas. Y Saúl envió a decir a Isaí: Yo te ruego que esté David conmigo, pues ha hallado gracia en mis ojos.
Y cuando el espíritu malo de parte de Dios venía sobre Saúl, David tomaba el arpa y tocaba con su mano; y Saúl tenía alivio y estaba mejor, y el espíritu malo se apartaba de él”
(1 Samuel 16: 18-23)
Uno de los errores que se nos ha predicado por mucho tiempo, es que David era ignorado y visto de menos, quizás era menospreciado por su familia, pero su fama había llegado hasta el reino, pues quienes dieron este consejo al rey fueron sus más cercanos consejeros, debemos entender que las virtudes que tengamos y desarrollemos nos harán sobresalir y llegar a lugares impensables.
Veamos las virtudes de David:
· Sabe Tocar: era excelente, virtuoso y disciplinado en su talento.
· Es Valiente: no era alguien temeroso, se enfrentaba a leones u osos con tal de defender a su rebaño, no huía de las situaciones.
· Vigoroso: era fuerte, robusto, saludable, musculoso, no era como nos han vendido la imagen de un niño flaco y débil, la biblia nos muestra algo diferente de él.
· Hombre de Guerra: aunque nunca había ido a una guerra, sus hermanos eran militares, y David era alguien que había aprendido a usar armas, a luchar, a defenderse, tenía ese carácter de un guerrero.
· Prudente en sus palabras: era alguien que sabía hablar y callar, decía lo necesario, era respetuoso, educado y elocuente.
· Hermoso: toda persona con estas características sin duda será atractiva, aunque debemos procurar vernos bien, que nuestra belleza en virtudes sea comparada con nuestra elegancia.
· Jehová está con él: sin duda que Dios va a estar con alguien disciplinado, valiente, fuerte, con carácter de guerrero, prudente y hermoso, todas estas eran virtudes desarrolladas por David, no eran dones celestiales, pero eso provocó que Dios se agradara de él y estuviera con él en todo.
· Estaba con las ovejas: a pesar de todo su talento, él era fiel a su designación, estaba en el rebaño, cuidando de su obligación, las personas que Dios llame al reino son aquellas que estén dispuestas a permanecer cuidando del redil, de las ovejas y de los recursos de los padres, David tenía fama, pero su fidelidad era mayor al ego.
· Llevó presentes al rey: no se presentó con manos vacías delante del rey, en reverencia, honor y reconocimiento de su autoridad, David llevó pan (Representa la Palabra de Dios) Vino (Representa el gozo) y un cabrito (representa la gracia y amistad entre dos personas) solo al sacerdote se le llevaba un cabrito para perdón de pecados, pero cuando se compartía con otra persona que no fuera sacerdote, era un gesto de amistad y compañerismo.
· El rey le amó: sin duda una persona así es valiosa, es digna de amar, cuidar y querer tener cerca, a tal punto que el rey Saúl le pidió al padre de David que lo dejara con él un tiempo porque David había hallado gracia delante del rey.
Con esta causa es que el mismo Dios dijo que David era un hombre conforme a su corazón, tenía la virtud para enamorar a Dios y también para hallar gracia delante de los hombres.
Las hazañas de David
“Y dijo David a Saúl: No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará contra este filisteo.
Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud.
David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente” (1 Samuel 17: 32-36)
David era el pastor dispuesto a dar su vida por las ovejas, primero moría el león o el oso, pero no sus ovejas, ¡Que actitud y coraje tan más impresionante el de David!
¿Qué hacemos nosotros cuando alguien quiere comerse nuestras ovejas?
¿Qué actitud tomamos cuando hablan mal de nuestra iglesia?
¿Cómo defendemos a nuestros hermanos cuando los critican por ser cristianos?
¿Cuál es nuestra postura ante la murmuración y el chisme?
A veces ese oso o león pueden ser incluso nuestros familiares hablando mal de nuestra fe, nuestra iglesia, nuestros pastores, nuestros hermanos en cristo y de nuestro Dios.
¿Eres cazador de depredadores de ovejas o eres un cobarde que huye dejando morir a las ovejas?
El Éxito de David
“Al día siguiente, un espíritu atormentador de parte de Dios abrumó a Saúl, y comenzó a desvariar como un loco en su casa. David tocaba el arpa, tal como lo hacía cada día. Pero Saúl tenía una lanza en la mano, y de repente se la arrojó a David, tratando de clavarlo en la pared, pero David lo esquivó dos veces.
Después Saúl tenía miedo de David porque el Señor estaba con David, pero se había apartado de él. Finalmente lo echó de su presencia y lo nombró comandante sobre mil hombres, y David dirigía fielmente a las tropas en batalla.
David siguió teniendo éxito en todo lo que hacía porque el Señor estaba con él. Cuando Saúl reconoció esto, le tuvo aún más miedo. Pero todos en Israel y en Judá amaban a David porque tenía tanto éxito al dirigir a sus tropas en batalla” (1 Samuel 18: 10-16 NTV)
A pesar de la locura del rey Saúl, de tu temor por David, incluso de su intento por asesinarlo, David siguió siendo fiel, peleando sus batallas, cumpliendo sus responsabilidades, trayendo victorias al reino, eso hizo que fuese amado por el pueblo, era exitoso porque Dios lo respaldaba en todo, Dios respalda a los fieles y los vuelve exitosos.
La Fidelidad de David
“En el lugar donde el camino pasaba por algunos rediles, Saúl entró en una cueva para hacer sus necesidades. ¡Pero resultó que David y sus hombres estaban escondidos más adentro de esa misma cueva!
¡Ahora es tu oportunidad! —los hombres le susurraron a David—. Hoy el Señor te dice: “Te aseguro que pondré a tu enemigo en tu poder, para que hagas con él lo que desees”.
Entonces David se le acercó sigilosamente y cortó un pedazo del borde del manto de Saúl.
Pero comenzó a remorderle la conciencia por haber cortado el manto de Saúl, y les dijo a sus hombres: Que el Señor me libre de hacerle tal cosa a mi señor el rey. No debo atacar al ungido del Señor, porque el Señor mismo lo ha elegido. Entonces David contuvo a sus hombres y no les permitió que mataran a Saúl” (1 Samuel 24: 3-7 NTV)
La oportunidad de vengarse para David se hizo presente, Saúl estaba solo e indefenso ante la espada de David, pero aun así no se atrevió a hacerle daño, pues era temeroso del elegido de Dios, de la unción de Dios sobre Saúl, aprendamos a nunca levantarnos y dañar a los ungidos de Dios.
· David sabía que Dios le había prometido el reino, pero jamás le prometió que le entregaría a Saúl para que lo matase.
· Tengamos cuidado con las “oportunidades”, aun cuando veas vulnerable a tus líderes, no los destruyas, aunque no te caigan bien o tu a ellos, si aún están en el puesto de liderazgo es porque Dios aun los tiene ahí, que sea Dios quien los quite, no tú, que sea Dios quien haga justicia, no tú.
· Cuidémonos de las falsas profecías, ahora resulta que hasta profetas salieron los soldados de David, le dijeron: “Hoy el Señor te dice: Te aseguro que pondré a tu enemigo en tu poder, para que hagas con él lo que desees”. Hay tanta gente confundida por profecías falsas, aceptando lo que queremos oír, o lo que nos conviene, o lo que parece ser de Dios, aunque vengan de guerreros justos, o de personas que amamos, no debemos dejarnos guiar por falsas profecías o por nuestras emociones, podemos terminar maldiciendo nuestro futuro y frustrando nuestro destino.
· Activemos nuestra conciencia, antes de hablar mal de nuestros líderes, es mejor que nos arda la conciencia y demos un paso hacia atrás, no avancemos ni le demos lugar a la crítica, al chisme, a las calumnias, a la rebeldía, todas esas cosas son diabólicas y demoníacas, son influencias del mismo infierno, David entendía eso y dijo: “Que el Señor me libre de hacerle tal cosa a mi señor el rey. No debo atacar al ungido del Señor, porque el Señor mismo lo ha elegido. Entonces David contuvo a sus hombres y no les permitió que mataran a Saúl”
David era extraordinario en sus actitudes y virtudes, era alguien que agradaba a Dios, que honraba a los hombres y se ganaba el corazón del pueblo, aunque comenzó siendo un humilde pastor de ovejas, su corazón fue preparado para ser un rey, alguien que cambió la historia del pueblo de Israel.
domingo, 14 de febrero de 2021
El día en que la conocí - Anthony Hernandez
miércoles, 3 de febrero de 2021
El Tabernáculo, Símbolo de Cristo - Anthony Hernández
El Tabernáculo:

Era una tienda móvil o transportable símbolo de la presencia de Dios en medio de su pueblo.
Servía como santuario donde los israelitas presentaban sus oraciones, sus sacrificios y su alabanza a Dios.
“¿No se dan cuenta de que su cuerpo es el templo del Espíritu Santo, quien vive en ustedes y les fue dado por Dios? Ustedes no se pertenecen a sí mismos, porque Dios los compró a un alto precio. Por lo tanto, honren a Dios con su cuerpo” (1 Corintios 6: 19-20 NTV)
“Le contestó Jesús: El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra morada en él” (Juan 14: 23)
Componentes del Tabernáculo:
Dios dio instrucciones precisas a Moisés sobre cómo debían construir el tabernáculo, este constaría de dos partes principales:
· El Atrio (o patio exterior)
· El Santuario, compuesto por el Lugar Santo y el Lugar Santísimo
El pueblo debía construir todo tal y como Dios había indicado a Moisés.
“Haz que los israelitas me construyan un santuario para que yo habite en medio de ellos. Deberán construir el tabernáculo y su mobiliario exactamente según el modelo que te mostraré”
(Éxodo 25: 8-9 NTV)
1. El Atrio:
El área del tabernáculo estaba rodeada por una gran estructura rectangular demarcada por cortinas de lino fino, veinte postes y veinte bases de bronce en los dos lados más largos. Estos debían estar posicionados hacia el norte y hacia el sur. La cortina de entrada debía estar en dirección este, hacia la salida del sol. El atrio o espacio exterior medía 45 metros de largo y 22,5 metros de ancho.
Todo el pueblo podía acceder a la zona del atrio, todo el que quisiera presentar sacrificios a Dios para perdón de pecados podía entrar por la puerta colocada al lado este y dirigirse al altar de los holocaustos.
“Yo soy la puerta; los que entren a través de mí serán salvos” (Juan 10:9 NTV)
“Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí”
(Juan 14: 6 NTV)
2. Cortina de entrada al Atrio:
“Para la entrada del atrio, confecciona una cortina de nueve metros con veinte centímetros de largo. Elabórala de lino de tejido fino y adórnala con bordado hermoso de hilo azul, púrpura y escarlata. Sostenla con cuatro postes, cada uno encajado firmemente en su propia base” (Éxodo 27:16 NTV)
· 9 metros de largo: Los Dones del Espíritu Santo
· Lino de Tejido Fino: La Humanidad intachable de Jesús
· Hilo Azul: Jesús Hijo de Dios
· Púrpura: Jesucristo Rey
· Escarlata: Jesús el Salvador
· 4 postes: los 4 evangelios
3. El Altar de Bronce para los Sacrificios:
Esta era la zona del atrio donde se realizaban los sacrificios a Dios y podía acceder todo el pueblo, era lo primero que veían al entrar, acá se ofrecían sacrificios para el perdón de pecados.
Todo el altar estaba cubierto de bronce formando una sola pieza, era cuadrado, de dos metros con treinta centímetros por lado y de un metro con treinta centímetros de alto, contenía unas varas que facilitaban su transporte.
Jesús el sacrificio perfecto y sin mancha.
“Bajo el sistema antiguo, la sangre de cabras y toros y las cenizas de una novilla podían limpiar el cuerpo de las personas que estaban ceremonialmente impuras. Imagínense cuánto más la sangre de Cristo nos purificará la conciencia de acciones pecaminosas para que adoremos al Dios viviente. Pues por el poder del Espíritu eterno, Cristo se ofreció a sí mismo a Dios como sacrificio perfecto por nuestros pecados” (Hebreos 9: 13-14 NTV)
La Sangre de Jesús perdona nuestros pecados. (Nos libera del pasado)
“Dios es tan rico en gracia y bondad que compró nuestra libertad con la sangre de su Hijo y perdonó nuestros pecados” (Efesios 1: 7 NTV)
La Sangre de Jesús nos limpia de nuestros pecados. (actúa en el presente)
“y la sangre de Jesús, su Hijo, nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1: 7 NTV)
La Sangre de Jesús nos justifica delante de Dios. (nos habilita para el futuro)
“estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira” (Romanos 5: 9)
4. La Fuente de Bronce o Lavacro:
Esta fuente se hizo con los espejos de bronce donados por las mujeres que servían a la puerta de la entrada del tabernáculo (Éxodo 38:8)
Los sacerdotes se lavaban las manos y los pies en la fuente como símbolo de la limpieza necesaria antes de entrar al lugar santo.
“Allí Aarón y sus hijos se lavarán las manos y los pies. Tendrán que lavarse con agua cada vez que entren al tabernáculo para presentarse delante del Señor y también cuando se acerquen al altar para quemar sus ofrendas especiales para el Señor; de lo contrario, ¡morirán!”
(Éxodo 30: 19-20 NTV)
También es símbolo del bautismo, la necesidad de nacer del agua.
“Yo te aseguro que quien no nazca de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3:5)
5. El Lugar Santo
Los sacerdotes accedían al Lugar Santo pasando por una cortina de tela azul, púrpura y escarlata, y de lino fino torcido, esta estaba colgada con ganchos de oro sobre cinco columnas de madera de acacia que habían sido revestidas en oro. Las columnas estaban afirmadas sobre cinco bases de bronce.
Veamos la representación de la entrada para poder ingresar al Lugar Santo:
· Azul: Jesús Hijo de Dios
· Púrpura: Jesucristo Rey
· Escarlata: Jesús el Salvador
· Lino Fino Torcido: La Humanidad intachable de Jesús
· 5 columnas: La Gracia de Dios
· Acacia: El Carácter del Cristiano, Este tipo de madera es muy resistente a la humedad y al ataque de insectos y hongos, por ello, es buena para su uso construcción y carpintería.
· 5 bases de bronce: 5 ministerios de la iglesia: Apóstoles, Profetas, Evangelistas, Pastores y Maestros.
En el Lugar Santo se encontraban tres cosas
· La mesa de los panes: la provisión de Dios
· El candelabro: la revelación de la palabra
· El altar del incienso: la Unción del Espíritu Santo
6. La Mesa de los Panes:
Sobre la mesa de madera de acacia revestida en oro se colocaba el pan de la proposición, eran doce panes que representan las doce tribus de Israel, el número 12 es número de gobierno, representa el Señorío de Cristo, cuando dependemos totalmente de él.
Esta mesa servía como recordatorio de la provisión constante de Dios para el pueblo durante los 40 años que vagaron por el desierto, provisión de alimento, de su presencia y de protección.
“Yo soy el pan de vida. El que viene a mí nunca volverá a tener hambre; el que cree en mí no tendrá sed jamás” (Juan 6: 35 NTV)
7. El Candelabro:
Estaba hecho de oro puro, labrado a martillo formando una sola pieza con sus copas, sus cálices y sus flores. Era una pieza muy elaborada con siete brazos que terminaban en forma de flor de almendro.
Sus 7 brazos representan los 7 espíritus de Dios sobre Jesucristo, veamos Isaías 11: 1-2
Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces, y reposará sobre él:
· El Espíritu de Jehová
· Espíritu de Sabiduría
· Espíritu de Inteligencia
· Espíritu de Consejo
· Espíritu de Poder
· Espíritu de Conocimiento
· Espíritu de Temor de Jehová
Jesús es la luz que alumbra perpetuamente.
“Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8: 12)
8. El Altar para el Incienso:
Era más pequeño que el de bronce, cuadrado, hecho de madera de acacia revestida de oro, tenía un cuerno de oro en cada esquina; todo el altar formaba una sola pieza. Estaba colocado frente al velo que separaba el lugar santo del lugar santísimo.
Sobre este altar no se ofrecían sacrificios por pecados, este era un altar de adoración, el sacerdote debía quemar incienso aromático cada día y presentar su alabanza delante de la presencia de Dios.
“Cada mañana, cuando Aarón prepare las lámparas, deberá quemar incienso aromático sobre el altar. Y cada tarde, cuando encienda las lámparas, también quemará incienso en presencia del Señor. Este acto deberá realizarse de generación en generación. No ofrecerás sobre ese altar incienso no sagrado, ni ninguna ofrenda quemada, ni ofrendas de granos ni ofrendas líquidas” (Éxodo 30: 7-9 NTV)
9. El Velo:
Este separaba el lugar santo del lugar santísimo, habla de la separación entre la santidad de Dios y el pecado del hombre, el sumo sacerdote era el único al que se le permitía pasar al otro lado una vez al año, él llevaba incienso al entrar al entrar al Lugar Santísimo en señal de adoración, también llevaba sangre del animal sacrificado en propiciación por los pecados personales y los del pueblo.
“Pero solo el sumo sacerdote entraba en el Lugar Santísimo y lo hacía una sola vez al año; y siempre ofrecía sangre por sus propios pecados y por los pecados que el pueblo cometía por ignorancia” (Hebreos 9: 3-5 NTV)
Este es el velo que se rasgó cuando Jesús fue crucificado
“Más Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu, y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo” (Mateo 27: 50-51)
10. El Lugar Santísimo
Era la última zona del tabernáculo, era la más sagrada, solo tenía acceso el sumo sacerdote en el día de la expiación (Yom Kipur) una vez al año.
“Allí me encontraré contigo y te hablaré desde encima de la tapa de la expiación, entre los querubines de oro que están suspendidos sobre el arca del pacto. Desde allí te daré mis mandatos para el pueblo de Israel” (Éxodo 25: 22 NTV)
Aquí era donde el sacerdote intercedía y clamaba por el pueblo delante Dios, así como Jesús intercede por nosotros delante del Padre.
“Entonces, ¿quién nos condenará? Nadie, porque Cristo Jesús murió por nosotros y resucitó por nosotros, y está sentado en el lugar de honor, a la derecha de Dios, e intercede por nosotros” (Romanos 8: 34 NTV)
11. El Arca del Pacto:
Era un símbolo de la presencia de Dios entre su pueblo y del pacto que había establecido con ellos. Era el lugar donde el sumo sacerdote se encontraba con Dios y el Señor le hablaba a través de los querubines para mostrarle su voluntad.
El Arca del Pacto contenía:
· El Maná del Cielo: La Provisión de Dios
· La Vara de Aarón: La Autoridad de Dios
· Las Tablas de la Ley: La Palabra de Dios
“Luego había una cortina detrás de la cual se encontraba la segunda sala, llamada Lugar Santísimo. En esa sala había un altar de oro para el incienso y un cofre de madera conocido como el arca del pacto, el cual estaba totalmente cubierto de oro. Dentro del arca había un recipiente de oro que contenía el maná, la vara de Aarón a la que le habían salido hojas y las tablas del pacto que eran de piedra. Por encima del arca estaban los querubines de la gloria divina, cuyas alas se extendían sobre la tapa del arca, es decir, el lugar de la expiación” (Hebreos 9: 3-5 NTV)
“Entonces Cristo ahora ha llegado a ser el Sumo Sacerdote por sobre todas las cosas buenas que han venido. Él entró en ese tabernáculo superior y más perfecto que está en el cielo, el cual no fue hecho por manos humanas ni forma parte del mundo creado. Con su propia sangre, no con la sangre de cabras ni de becerros, entró en el Lugar Santísimo una sola vez y para siempre, y aseguró nuestra redención eterna” (Hebreos 9: 11-12 NTV)
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