El 12 de junio de 1944, apenas seis días después de la Batalla de
Normandía en la Segunda Guerra Mundial, un joven teniente llamado Richard
Winters condujo a sus hombres a las afueras del poblado de Carentan. Como
oficial a cargo de la Compañía Easy, regimiento de infantería de
paracaidistas de la 101.ª división, estaba a cargo de despejar
dicha ciudad francesa de sus defensores alemanes. Sería una pequeña
batalla, pero jugaría un papel importante en el esfuerzo masivo para
librar al mundo de Adolfo Hitler y los nazis.
Camino al frente y con el éxito de la misión en sus manos, Winters y
su compañía comenzaron a recibir fuego de las ametralladoras alemanas
MG42. A primera instancia, sus hombres se zambulleron a las zanjas a ambos
lados de la carretera en busca de protección. Congelados y sin poder moverse,
se convirtieron en presas fáciles para las ametralladoras enemigas y los
francotiradores.
Lo que sucedió después resultó ser el punto clave en la batalla por Carentan.
El teniente Richard Winters se paró en medio del camino, y con balas
silbando a todo su alrededor, comenzó a gritar a sus tropas para que se
levantaran de las zanjas y enfrentaran al enemigo. Sus palabras, junto con su
acción heroica, motivó a los hombres a ponerse de pie, pelear y así
obtener una victoria decisiva sobre los alemanes.
La valentía de Winters, al despreciar su seguridad
personal por salvar a sus hombres de una muerte segura, no sólo le
gana medallas, sino que sus acciones también le valieron el amor, respeto
y admiración de sus hombres. Sus hombres le siguieron fielmente a
capturar Carentan, a través de la batalla horrífica de las Ardenas y
finalmente a conquistar el mismísimo Nido del Águila de Hitler.
Cuatro marcas de un soldado de Cristo:
1. Solo se sigue a los valientes
Los soldados siguen de manera voluntaria a hombres así, hombres
que demuestran actos de abnegación en la más terrible de las
circunstancias.
¿Cuánto más debemos nosotros, como cristianos, debemos seguir a aquel
que soportó el sufrimiento y la muerte para rescatarnos del destino más
terrible de todos, una eternidad en el infierno?
Esa era la idea de que Pablo tenía en mente cuando, al final de su
ministerio y después de haber sido encarcelado por el emperador Nerón, escribió
para animar al joven pastor Timoteo.
Timoteo se enfrentaba a un conflicto grave en su ministerio en Éfeso al ser
opuesto por herejes, apóstatas y perseguidores que implacablemente
buscaban debilitarlo. Al igual que cualquier cristiano que experimenta
dificultad por causa de seguir a Cristo, necesitaba que le recordasen
de nuevo que su tarea era sufrir penalidades como buen soldado de
Jesucristo.
“Sufre penalidades conmigo, como buen soldado de
Cristo Jesús. Ningún soldado en servicio activo se enreda en los negocios
de la vida diaria, a fin de poder agradar al que lo reclutó como soldado” (2
Timoteo 2:3-4 BDLA)
Un buen soldado es aquel que no se limita a hacer lo mínimo por su
comandante, sino más bien es el que le sirve con todo lo que es y tiene.
Como cristianos, eso es lo que estamos llamados a ser. Las palabras de
Pablo a Timoteo son sus órdenes de marcha al esforzarse en ser un buen soldado
de Jesucristo.
2. Dispuesto a
“sufrir penalidades” junto con
el resto de los soldados
Una marca de un buen soldado es la disposición a sufrir penurias con el
resto de los soldados. “Sufre penalidades”
literalmente significa “sufrir el mal o el dolor junto con otra persona”
Luego continúa diciendo “conmigo” (vea La Biblia de Las
Américas), asegurándole a Timoteo que él no le está pedido nada de él no
estaba dispuesto a hacer. De hecho, Pablo estaba escribiendo desde una celda
en la prisión.
Como cristiano en el mundo occidental, se nos hace difícil entender lo
que significan la seriedad de la guerra espiritual y el sufrir por Cristo, a
pesar de que el ambiente secular en nuestra sociedad es cada vez más hostil al
cristianismo, aún no nos enfrentamos a la pérdida de nuestros trabajos o
el encarcelamiento o ejecución debido a nuestra fe, con pocas excepciones,
ser cristiano no le mantendrá fuera de la universidad o de conseguir un buen
trabajo, pero cuanto más fieles sean los cristianos, más obstáculos,
dificultades y rechazo en el camino pondrá Satanás, y la guerra espiritual
se hará más evidente al convertirse más frecuente y evidente la
oposición al evangelio.
Usted ha sido llamado a soportar dificultades, tal como todo cristiano
y aunque seguramente aún no ha sido llamado a derramar su propia sangre por
causa de su fe, todos de alguna manera u otra, experimentaremos dificultades
por nuestra fidelidad a Cristo.
·
Jesús dijo: “Si
a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán” (Juan 15:20)
·
Jesús también dijo: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al
mundo” (Juan 16:33)
3. No se “enreda en
los negocios de la vida”
Un buen soldado se caracteriza por su separación de la vida “normal”, un
soldado activo es un soldado que sirve las 24 horas del día, todos los días del
año, su cuerpo, su salud, sus conocimientos, su tiempo, todo lo que él es le
pertenece a las fuerzas armadas, incluso cuando está de vacaciones
debe recordar que en cualquier momento, sin previo aviso y por cualquier
motivo, le pueden llamar y él debe responder, y cuando es ordenado a llevar
acabo su deber, aun si es peligroso, se espera que esté dispuesto a
poner su propia vida en la línea sin duda ni vacilación.
De la misma manera un soldado de Cristo está separado de su entorno
habitual, pues está llamado a no “enredarse en los negocios de la vida”, Pablo no
está diciendo que usted, como cristiano, no puede tener ningún contacto en
absoluto con sus antiguos amigos y entorno, lo que está diciendo es que nunca
se debe encontrar atrapado y enredado en ellos.
Nunca debe permitir que asuntos terrenales le obstaculicen en el
cumplimiento de su deber con el Señor, preocupaciones y actividades temporales,
aunque inocentes en sí mismas, han neutralizado la efectividad de muchos cristianos,
a pesar de que una vez trabajaron fielmente en el objetivo principal de servir
a Jesucristo para avanzar en su crecimiento como cristianos, muchos han
abandonado el campo de batalla por enredarse en “negocios de la vida”
temporales.
Así como el soldado obediente pone voluntariamente su vida en la línea al
servicio de su comandante, también usted, como cristiano fiel,
debe negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguir a Cristo, si lo hace,
usted se encontrará haciendo eco a las palabras de Pablo:
·
“Pero de
ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que
acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús,
para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios” (Hechos 20:24)
4. Busca
agradar a “aquel que lo tomó por soldado”
La nota final de un buen soldado es un deseo genuino de “agradar a aquel
que lo tomó por soldado.” Los hombres que siguieron al teniente Winters a
través de condiciones terribles y las batallas en Europa, lo hicieron
voluntariamente, pues él había ganado su respeto y afecto.
De manera aún mayor, el Señor merece su honor, afecto y obediencia por todo
lo que ha hecho por usted, el valor de Jesús en el campo de batalla es sin
igual; se humilló hasta morir en la cruz con tal de ganar su libertad y vida
eterna, y ahora busca que usted sirva lealmente en su ejército.
El mayor deseo del cristiano es agradar a Cristo, y su mayor esperanza
es ser recompensado por su servicio fiel y escuchar a su Señor:
·
“Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido
fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” (Mateo 25:21)
Y con esa misma esperanza en su mente, sea animado hacia adelante
por amor a Jesucristo, y al igual que Pablo poder decir:
·
“procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables”
(2 Corintios 5:9)”
Anthony Hernandez
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